GUERRA AL TRASTORNO POR ATRACÓN

¿Te resulta difícil controlar tu alimentación en algunas situaciones emocionales?

¿Crees que en ocasiones puedes tener una relación poco saludable con la comida?

La alimentación poco consciente relacionada con emociones negativas como la ansiedad o el estrés es hoy frecuente.

Hacer frente al hambre emocional actualmente es casi igual de importante que hacer frente al hambre producido por una falta de alimento, el hambre que todos conocemos.

“Una de estas manifestaciones de hambre emocional es el trastorno por atracón”

Se define como una condición impulsada por una emoción en la cual la persona que lo sufre come una cantidad de comida mucho mayor de lo normal de forma compulsiva.

No es raro para cualquier persona con estrés crónico encontrarse en situaciones semejantes. Lo preocupante es que este trastorno ya lo encontramos en niños y adolescentes, muchos de ellos con un desarrollo emocional aún por dar (1).

Tras un día complicado, llegamos a casa y una mezcla de emociones como soledad, tristeza, ansiedad y aburrimiento invaden nuestro cuerpo, nuestro cuerpo programa el piloto automático y nos dirigimos a la nevera. Comenzamos a comer, elegimos alimentos que etiquetamos nosotros mismos como prohibidos, en realidad no tenemos hambre, pero nos sentimos mal. Durante todo el proceso sentimos placer, pero no llegamos a disfrutar lo que comemos del todo, comemos muy rápido, apenas masticamos queremos más, necesitamos apagar un dolor interno. Después llega la culpa y la vergüenza, no sabemos porque lo hemos hecho, nos sentimos realmente mal, será la última vez, nos lo prometemos, aquí no ha pasado nada, seguro que la próxima vez conseguimos detener el tren antes de que descarrile.

¿Os suena?

“El trastorno por atracón es un problema que sin un trabajo estratégico previo difícilmente podremos enfrentar”

Factores como dar una excesiva importancia a nuestro peso e imagen corporal, sufrir de cuadros de depresión (2), ser muy radical con nuestra dieta, aunque solo ocurre en algunas personas (3), y no tener herramientas básicas de gestión emocional alimentan a este monstruo.

Pese a lo complejo del trastorno y de su tratamiento vamos a ver 6 pasos que sin duda pueden ayudarnos.

1. Da un paso atrás para comprender tus acciones

Sin un seguimiento cuidadoso es imposible recordar los detalles y sentimientos que precedieron y nos acompañaron durante todo el proceso. Para ellos los diarios son ideales, nos ayudan a identificar que ha ocurrido antes, durante y después de un atracón. Podemos apuntar la fecha, que comimos, donde estábamos, el posible desencadenante y nuestros sentimientos durante todo el proceso.

2. Ordena tus comidas

Sigue un plan para no guiar tu conducta alimentaria por sentimientos ajenos al hambre. Saltarse comidas, comer rápido, pensando en mil cosas, o no saber que comer cuando llegas a casa son patrones que potencian el problema.

«Cada noche intenta anotar y planificar cuando y que vas a comer al día siguiente»

 

3. Aborda tus problemas

Ya se que es fácil decirlo, pero realmente hay un detonante de tu conducta. Los atracones son bastante predecibles, ocurren impulsados por una emoción producida por un acontecimiento determinado. Necesitamos identificar el problema, pensar en posibles soluciones y sus respectivas consecuencias para poder elegir la mejor manera de actuar (4, 5). Los parches nunca son la solución, si no vamos a la raíz nunca acabaremos con este embolado.

4. La meditación como arma del siglo XXI

Esta práctica te obliga a sentarte, relajarte y a aceptar y entender mejor el funcionamiento de tu mente. Nos ayuda a evitar que recurramos impulsivamente a la comida o a cualquier otro comportamiento destructivo cada vez que sucede algo estresante o inesperado (6).

5. Enfréntate al temor y la ansiedad que te producen ciertos alimentos

¿Tienes alimentos prohibidos?

Es común tener dos o tres alimentos que una vez los probamos no podemos parar de comerlos. Esto en parte se debe a una relación negativa creada durante años con ese alimento que se ha enquistado en nuestra psique. La exposición gradual a estos alimentos y su reintroducción controlada en la dieta ayudará a deshacerse de la ansiedad que gira entorno a ellos. Evitaremos la relación todo o nada con ciertos alimentos.

«Para adquirir el control debes exponerte a los alimentos gatillo, enfrentarlos, no huir»

6. Elige diversión sobre evasión

El último paso es a veces el más complicado, se fundamenta en un cambio de perspectiva. Tú no eres tu peso ni tu imagen, observar otros aspectos de tu vida que te gustan, valorar lo que hay más allá de un número o una talla y buscar actividades que te apasionen y alimenten tu felicidad puede ayudar a no caer en el trastorno por atracón, un comportamiento que se basa en una evasión de la realidad y una obsesión por la imagen en ocasiones. Haz una lista de actividades que ames hacer: bailar, cocinar, leer, conversar con amigos,… y dedícales un rato cada día.

 

CONCLUSIÓN

Este protocolo, es un trabajo de reflexión personal sincera que todos debemos hacer en algún momento. Los resultados llevarán su tiempo, algo que con paciencia y buena cara seguro que logramos. Las presentadas son prácticas utilizadas por la piscología cognitivo conductual, ante la duda, acudir a un profesional del campo será la mejor opción, sin duda.